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El fin de año es el motivo perfecto para hacer una evaluación del mismo, sobre nuestros logros y metas cumplidas, nuestras fallas y cosas pendientes; también es una época en la que nos hablan mucho de “cerrar ciclos”, esto -según dicen- nos ayudará a recibir el año de una mejor manera, con mayor disposición a las cosas positivas y para no seguir “arrastrando” problemas o resentimientos del pasado. 

Pero, ¿En qué consiste esto de “cerrar ciclos”? ¿Por qué es tan importante cerrar ciclos en nuestra vida? 

Dicen los expertos que esto se trata de clausurar o finiquitar, con amor y dejando en paz, algún asunto de nuestra vida que parece pendiente o inconcluso. 

Es común que haya situaciones que nos atan al pasado, casualmente suelen ser los episodios más duros, difíciles o dolorosos, que quisiéramos olvidar, los que permenecen ligados a nosotros, a veces como una carga de gran peso. El llevar esta carga nos impide desenvolvernos y continuar con nuestro desarrollo humano. A veces nos llena de tristeza, a veces de miedo; a algunas personas les impide continuar con su vida por completo, a otras les obliga a dejar cosas que antes le gustaban… En fin, las situaciones son muy diversas, las experiencias únicas y sus consecuencias distintas para todos. 

Es por eso que es importante que todos nos tomemos un tiempo para reflexionar y reconocer estas “piedritas” que hay en nuestro camino, para poder hacerlas a un lado de la mejor manera y poder continuar recorriéndolo de una mejor y más feliz manera; y los cierres de ciclos “oficiales”, como el fin de año, son ideales para cerrar también ciclos personales. 

En algunos casos, basta con tener voluntad, tomar la decisión, hacer la evolución y decidirnos a superar esa situación que nos enoja o nos lastima para poder continuar; pero hay otros conflictos que suelen ser mas difíciles de llevar. 

Es muy fácil de decir y todos hemos escuchado las trilladas frases de que hay que soltar, dejar ir, dejar morir… que tal o cual cosa sucedió para bien o que nuestro ser querido ya está descansando en paz. Son palabras que, aunque ciertas, la mayoría de las ocasiones nos cuesta mucho trabajo llevarlas a la práctica. Es aquí donde entra el mejor consejo para terminar con todos esos pendientes que tenemos en nuestra vida, que no nos permiten avanzar o que no nos dejan de doler; y lo mejor es buscar la ayuda de un profesional. Hay muchas opciones (terapeutas, psicólogos, etc.), lo importante es informarse antes de tomar una decisión para elegir la opción que más se adecúe a nuestras necesidades y al tipo de problema que tenemos. 

No todas las personas reaccionamos igual y no todas sentimos igual, por eso es importante buscar una solución para cada persona y para cada tipo de problema, no son iguales un duelo por la pérdida de un empleo, la ruptura de una relación de pareja o la muerte de un ser querido, por ejemplo. 

Lo importante de todo esto es estar conscientes de la presencia de estos círculos abiertos en nuestra vida, identificarlos y decidirnos a cerrarlos de la mejor manera. Cerrar un ciclo nos permitirá abrir uno nuevo; no tener asuntos pendientes nos ayudará a crecer y a hacer de nuestra vida algo un poco más feliz.